Cada uno de nosotros es un ser maravilloso, cambiante física y emocionalmente a cada momento. Ususalmente no nos conocemos ni nos comprendemos nosotros mismos, pero pretendemos que los demás nos entiendan y que actúen según nuestro modo de ver las cosas.
De la tierra vienen todos nuestros componentes materiales y de la tierra son también los alimentos que consumimos. Ya lo dijo alguien: "Del polvo venimos, y en polvo nos habremos de convertir". Sin embargo, cuan a menudo olvidamos que nuestros huesos son iguales a los huesos de los restos humanos que hay en cementerios y museos, también borramos de nuestra memoria que las otras personas tienen deseos, penas y alegrías, como nosotros.
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